Billy Barrios Hernández
Billy, corazoncito, fuiste esa hermosa luz que llegó a salvarnos.
Con tu carita, con tus ladridos, con tus juegos, con tus peleas, aún con solo dormir, fuiste un angelito en la tierra enviado a iluminar y mejorar al mundo.
Eres el mejor amigo y confidente que alguien pudo haber pedido. Nos entendias y nos amabas aún con cada uno de nuestros defectos.
Gracias por alegrar nuestras vidas, por darnos un amor tan especial y mayor atención. Gracias por darnos felicidad, enseñanzas y recuerdos maravillosos. Gracias por compartir tu mirada bonita y tus hermosos besitos, por tus berrinches, por tus enojos y por tus celos.
¿Cómo se vive sin ti? Si cada minuto buscamos alguna forma de recordarte, de ver esa carita tan bonita que solo inspiraba felicidad y paz.
Si todas las mañanas despertamos aún soñando, con recuerdos pasando por nuestras cabezas.
Nunca sabrás cuánto te extrañamos, y lo mucho que deseamos ser nosotros en tu lugar el día que te fuiste.
Aún cuando estemos solos, realmente nunca lo estaremos porque te mantenemos en cada cosa que hacemos, estás con nosotros siempre.
Lo que nos tranquiliza es que te veremos otra vez, y todo terminará como empezamos, tú a nuestro lado y nada más. Nos volveremos a ver.
Negrito hermoso, siempre estarás en nuestros corazones. Con amor. Tus padres y tus hermanas.