Jessica Rodríguez Loza
¿Sabes por qué te extraño tanto? Fuiste mi amiga desde que yo nací, crecimos juntos. Te tendré siempre en mi corazón.
Ahora que ya no estás a mi lado, solo me queda esperar que, allá donde estés, sientas el calor de mi amor. Pues siempre perdurará.
Algunos ángeles no tienen alas. Tienen 4 patas, un cuerpo peludo, nariz de pelotita, orejas de atención y un amor incondicional.
Allá, en el otro mundo, tu alma, pobre Jessy, ¿no habrá de recostar en mi regazo espiritual su espiritual cabeza?
Aquí reposan los restos de una criatura que fue bella sin vanidad, fuerte sin insolencia, valiente sin ferocidad y tuvo todas las virtudes del hombre y ninguno de sus defectos.
Cuando sea mayor quiero ser como tú: buena, cariñosa y optimista.
Dicen que no hay amor igual que el de un perro a su amo. Sin embargo, mi amor por ti fue igual de intenso y profundo.
Disculpa si algún día no pude dedicarte el tiempo que necesitabas o por no haberte dado mucho cariño, hoy que ya no estás me doy cuenta de lo valioso que eras para mí.
Echaré de menos despertarme con tu hocico en la cara; la mejor señal de que sería un buen día.
Esto no es un adiós para siempre, pues siempre estarás en mi corazón.
Fuiste, eres y serás siempre mi mejor amiga.
Gracias por haberme enseñado a disfrutar de la vida. Has sido mi mejor maestra.
Hoy dejamos descansar a mi mejor amiga, aquél que poseía todas las virtudes de los hombres y carecía de todos sus defectos.
Incluso cuando no te quedaban fuerzas, siempre lo hiciste todo para mí.
Jugamos juntos, hacíamos deporte casi todos los días y una que otra vez hicimos más de alguna travesura. No sabes lo triste que me siento porque ya no estás, sin embargo, aprendí a ser humilde y compasivo por ti.
La mayor lección de amor me la dio alguien que no hablaba el mismo idioma que yo.
Los ángeles no siempre se parecen a los humanos; a veces son de 4 patas. Hoy sé que eres uno de ellos, amiga.
Los dioses lloran cuando muere el perro que les lamió las manos, que los miró a los ojos y al mirarles así les preguntaba: ¿adónde vamos?
Medita al atardecer, mirando las estrellas y acariciando a tu perro. Es un remedio infalible.
Nadie como tu sabrá nunca transformar las penas en alegrías de forma tan sencilla.
Nadie dijo que te perdería tan pronto, te extraño tanto amiga.
No hubo un solo día a tu lado en el que las lágrimas no se convirtieran en sonrisas.
No importa si un animal puede razonar. Sabemos que puede sufrir, y solo por eso ya deberíamos considerarlos nuestros prójimos.
Quizá los perros no sean toda tu vida, pero hacen tu vida completa.
Quizá ya no pueda verte a mi lado, pero siempre estarás muy dentro de mí.
Se que desde el cielo me cuidas, pero preferiría que lo hicieras desde aquí.
Sé que estás en un lugar donde ya no sufres más por esa fea enfermedad que te alejó de nosotros, te extrañamos demasiado.
Si tuviera que elegir a alguien en quien confiar… te escogería a ti. Hasta ahora, es la única que no ha contado a nadie mis secretos.
Siempre estuviste a mi lado en las buenas y en las malas, nunca me juzgaste. Tanto por agradecerte y tú ya no estás aquí.
Siempre has valido más que la mayoría de personas que conozco. Espero que nunca lo olvides.
Te mando un beso hasta el cielo, porque sé que desde allá sigues siendo mi mejor compañero.
Todo el conocimiento, la totalidad de preguntas y respuestas… se encuentran en un perro.
Una verdadera amiga deja huella en tu corazón.