Rufo Juárez de Hoyos
Disculpa si algún día no pude dedicarte el tiempo que necesitabas o por no haberte dado mucho cariño, hoy que ya no estás me doy cuenta de lo valioso que eras para nosotros. Me alivia imaginar que ahora juegas en el cielo con otros amigos caninos y que has vuelto a tener la misma energía y vitalidad que cuando eras cachorro.
Gracias, gracias y gracias.
Agora que no estás solo nos queda agradecerte todo los que nos has aportado.
Cada día que pase te añoraremos pero te recordaremos con una gran sonrisa.