Hashico Naranjo González
Todavía recuerdo cuando llegaste a mi vida, andando a trompicones y pisandote las orejas porque eran muy grandes para tu tamaño. Recuerdo como brincaste asustado ladrando cuando viste a una oruga por primera vez y no sabías lo que era. Recuerdo también la vez que te saliste de casa y cuando te encontre rodeado de perros mas grandes y te llame tu corriste espantado en mi dirección. O como pájaros y gatos se comían tu comida y tu los dejabas. Recuerdo que cuando me iba a la escuela aullabas porque no querías que me fuera o cuando llegaba como te levantabas, dabas vuelta y movías la cola demandando tu paseo. A lo largo de tu vida te llamaron de muchas maneras, hatlly, hatchy, hatchico, perro salchicha, perro soldado, Orejas y a todos respondías amigable y juguetón. Te amo y quise cada momento que pasé a tu lado inclusive cuando eras un verdadero dolor de cabeza. Mil gracias por todo, si algo se de amor puro y sincero lo aprendí de ti. Mi corazón se llena de una gran pena por tu partida pero se que ahora estas muy bien acompañado por el abuelo. ¡Gracias Hatchy!