Siempre quisimos compartir contigo todo lo que nos hacía felices; el mar, montañas, lagos, caminatas en el bosque, un rincón de nuestra cama y la hamaca en los momentos de deliciosa ociosidad. Ahora en tu ausencia todo se ve con mayor claridad; nos hacía felices tu corazón latiendo. Quisiéramos detener el tiempo entre dos inyecciones, esa primera que te quitó el dolor, y esa segunda que paró tu corazón. Te fuiste por tener un corazón enorme, tan poéticamente bello, metafórico y doloroso a la vez. Te vamos a extrañar todos los días, y si otra vida existe, seguro que nos vamos a encontrar. ¡Buen viaje mi cachorro!